lunes, 25 de enero de 2010

Hiperactividad y TDA

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La hiperactividad es un síndrome importante que últimamente se ha trivializado y parece que todos los niños movidos sean hiperactivos.

MARÍA LUISA FERRERÓS

La hiperactividad puede ser consecuencia de un parto prematuro

La hiperactividad puede ser consecuencia de un parto prematuro - Foto: © FOTOCROMO - Fotolia.com

Vamos a distinguir entre niño movido, niño inatento TDA y niño Hiperactivo:

Todos los niños son más o menos movidos en su primera infancia. Hasta alrededor de los 6 años no se puede diagnosticar el síndrome de hiperactividad o TDA.  El grado de inquietud o actividad de un niño pequeño puede variar en función de su personalidad, de su curiosidad, de que se aburra o de que no duerma bien, se despierta muchas veces o le cueste irse a dormir.

Hay niños más pasivos y otros más inquietos, pero si tiene problemas de sueño seguro va a estar más irritable e inaguantable llegándose en muchos casos a confundir aquellos niños que verdaderamente sufren la hiperactividad de los que simplemente sólo duermen 9 horas, cuando les toca dormir 11-12 horas de sueño nocturno hasta que tienen 12 años.

Diferencias

El niño hiperactivo tiene una dificultad neurológica de poder inhibir la respuesta de movimiento ante cualquier estímulo que le presente, incluso cuando el niño esta muy entretenido. Por ejemplo, viendo una película que le guste o jugando a un videojuego le resulta imposible mantener la atención y concentración.

Por el contrario, el niño con TDA  es un niño que no tiene necesidad de moverse y parece prestar atención pero no se le queda nada de lo que le explicas.

Cada uno hay que tratarlo de diferente manera, pero ambos necesitan control profesional y diagnóstico a partir de los 6 años.

Suelen ser niños muy inteligentes con un exceso en la absorción de la dopamina en le hipotálamo lo que les dificulta las funciones de inhibición. Es, por tanto, una alteración neurológica que con un buen tratamiento pueden llevar acabo una escolaridad absolutamente  normal.



Una rabieta es una manera de autoafirmarse

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Alrededor de los dos años, los niños atraviesas una etapa en la que se pasan el día llorando y pataleando porque no les salen las cosas como quieren o porque tiene ganas de llevar la contraria.

MARÍA LUISA FERRERÓS

Un berrinche lo tiene cualquiera

Un berrinche lo tiene cualquiera

Foto: LISA SVARA - FOTOLIA.COM

El motivo no es otro que el hecho de que están creciendo y necesitan reafirmar su identidad, cortar su cordón umbilical. Ya están dejando de ser bebés para pasar a ser niños.

Pero no os confundáis, eso no quiere decir que tengan las cosas claras. Sólo quiere decir que cuando vosotros decís blanco ellos dicen negro. Es también una manera de llamar la atención, así que cuanto más caso se les hace más les gusta hacerlo aunque acaben castigados. Hemos de tener en cuenta que los niños a esta edad no distinguen entre bueno y malo y para ellos toda atención es eso, atención con indiferencia de que sea negativa y me estén riñendo. Si consiguen que dejes de hacer todo lo que te ocupa y en ese momento sólo estás pendiente de ellos, son felices.

Hay que marcarse unas prioridades y ser firme sin salirse de lo estipulado.

Aunque le gusten las chocolatinas, no hay que dejar que se empache.

Aunque le gusten películas no aptas, no hay que dejar que las vea.

Aunque no sepa qué quiere decir "tonto", no hay que dejar que lo diga.

La coherencia, el respeto y vuestra actitud son las claves para salir con éxito de estos pequeños conflictos cotidianos.



lunes, 11 de enero de 2010

¿Qué hacemos con tanto juguetes?

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Visto en escuela de padres

Es una consulta que a veces me hacen por estas fechas: nuestro hijo ha recibido muchísimos regalos, qué podemos hacer, ya que se siente aturdido y no sabe a cuál atender. Esta suele ser una situación habitual y comprensible. Mis orientaciones para esta situación son las siguientes:

- En primer lugar, hay que tener en cuenta que los regalos son un don y un detalle generoso que las personas que quieren al niño y a su familia han tenido. Detrás de cada regalo hay un pequeño (o un gran) esfuerzo y es todo un símbolo. Por tanto, los regalos deben ser acogidos con delicadeza.

- Los niños de 2 a 10 años pueden efectivamente sentirse aturdidos si reciben un gran número de juguetes y no saben organizarse ni disfrutar con tal cantidad. En estos casos, lo mejor es que tenga “al uso” un número limitado de juguetes, el resto se guardan para otra ocasión.

- Como referencia, se pueden tener disponibles para jugar, tantos juguetes como años tiene el niño. Si tiene cuatro años, los padres ponen a su disposición cuatro juguetes.

- Pasado un tiempo, según la edad del niño, los padres pueden retirar alguno de los juguetes y poner a su disposición otros nuevos de los que estaban guardados, de manera que siempre tenga un mismo número de juguetes al uso.

- En otros casos, hay niños que no presentan ningún tipo de problema y saben jugar y divertirse aunque tengan muchos regalos. En estas situaciones, no sería conveniente hacer nada especial.

Un niño no se divierte más porque tenga más juguetes. La clave de la diversión está en la imaginación que se ponga y cuando el número es limitado, la imaginación vuela con más libertad.

Si la familia lo considera adecuado, cuando un niño recibe muchos regalos se le puede proponer compartir con sus hermanos, con otros familiares o conocidos que hayan recibido menos juguetes, como una forma de experimentar la solidaridad con otros menos afortunados.

El tema del juego es clave en el desarrollo de un niño, por ello les animamos a profundizar con uno de nuestros manuales de Escuela de Padres, el titulado “Los juguetes, Internet y el tiempo libre”

Jesús Jarque García



 

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