Visto en de Peques y Más de Macarena
Los piojos no descansan ni en verano, y además sobreviven al agua porque cada año muchos niños reciben la visita de estos molestos insectos mientras están de vacaciones. Sin embargo, lo que parece claro es que el regreso a las aulas propicia las infestaciones en las cabecitas de los peques.
Nuestras mejores armas son la prevención, y la paciencia (en el caso de que los piojos salten a la cabeza de nuestros hijos). Incidir en la primera sería lo más adecuado porque además de ‘coger el problema a tiempo’ podemos evitar más de un quebradero de cabeza a las profesoras.
Mis hijos no han tenido piojos (aún, y espero que dure), pero cada vez que llega una notita del colegio indicando que se han producido brotes de pediculosis, me molesto en revisar cuidadosamente sus cabezas, e incluso les paso una lendrera, para asegurarme de que no hay crías muy pequeñas o huevos.
Tengo claro que estos minúsculos animalitos no sienten especial preferencia por pelos más o menos limpios, así que no me obsesiono con el lavado diario de cabeza. Y en cuanto a la longitud del cabello, mi niña es presumida y además necesita pelo largo para sujetar los moños (me ha salido folclórica), y el mayor también quiere tener el pelo largo (bastante por cierto), aunque esto tampoco me preocupa porque el corte sólo es eficaz si se trata de un rapado, ya que los piojos pueden sujetarse en cabellos de un centímetro de largo.
Creo que cuando oímos que hay más posibilidades de infestarse con pelo largo es porque cuando los niños están muy juntos (leyendo, haciendo puzles, pintando con tizas en el suelo del parque, etc), los piojos podrían pasar más fácilmente a una cabeza con pelo largo. Porque eso sí, lo que no saben hacer es saltar de un niño a otro (ni tampoco tienen alas). Así que siempre que sea posible, y sobre todo si hemos recibido avisos, podríamos peinar a las niñas con trenzas o coletas, para que el pelo quede lo más recogido posible.
Desde luego está desaconsejado utilizar sistemáticamente productos pediculicidas como prevención, porque con el tiempo pueden crear resistencias
En cuanto al tratamiento, he escogido este texto de infopiojos (iniciativa de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria de de Atención Primaria), que explica muy bien como peinar con lendrera tras la aplicación del producto correspondiente, en este último término, podéis consultar a vuestro farmacéutico o en la dietética más cercana (si sois partidarios de productos más naturales). Está muy bien detallado.
No creo que deba aconsejar sobre la idoneidad de utilizar pediculicidas o preparados naturales a base de esencias naturales (como el árbol del té), cada uno debe tener su propio criterio
Y si os preocupa no saber localizarlos, no os preocupéis porque sólo sucederá antes de tratar por primera vez una infestación: son grises o marrones (según si han comido o aún no), y los huevos vacíos se caracterizan por color blanquecino, es imposible confundirlos por caspa porque se adhieren a los cabellos. Un piojo adulto no es más grande que una semilla de sésamo.
No es necesario que os diga que cuando hay piojos en casa cada uno deberá utilizar su propia toalla, y las sábanas del afectado (y de todos) serán lavadas con agua caliente. Vale la pena que nos revisemos todos las cabezas con frecuencia, al menos hasta que acabemos con ellos.
Para finalizar, debo recordar que si observamos piojos en las cabezas de los peques, o nos avisa la maestra, debemos hacer acopio de paciencia y calma, porque seguro que les ganamos la batalla.
Imagen | XavMP
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