Un Pinocho en casa
¿Mentiras o imaginación?
Mª Luisa Ferrerós
Los
padres se sienten traicionados cuando pescan a su hijo en una burda
mentira y su ira suele ser implacable. Es exasperante oír a un
niño insistir en que él no ha sido el que ha manchado el
suelo con pintura o que no se ha comido los bombones cuando tiene toda
la cara manchada de chocolate.
En primer lugar, vamos a tratar de
definir lo que sería una mentira de verdad. Se entiende por
mentira aquella excusa que se piensa con la intención de
engañar y ocultar la verdad de forma intencionada, con
premeditación y alevosía.
Por el contrario,
consideramos que no es una mentira cuando el niño pretende
salvar el pellejo en una situación comprometida y en la que
todos los dedos lo apuntan. En este casa, se podría decir que el
actúa es el instinto de supervivencia para librarse del castigo
o enfado paterno. Se trata de una reacción defensiva, provocada
por la manera en sí de preguntar.
Muy a nuestro pesar a
veces mienten porque no les dejamos decir la verdad: nos gusta
demasiado jugar a detectives y a menudo somos demasiado persecutorios.
Otras veces es su imaginación la que les juega malas pasadas y confunden realidad y fantasia.
Objetivo
Nuestras
estrategias con las mentiras son muy claras. Hay que educar para
comprender y hacer entender que con la verdad se llega a todo el mundo.
Signos de alerta
No vamos por buen camino si:
-
Nos pasamos el día haciendo preguntas cuyas respuestas ya
conocemos: "¿Has recogido tus juguetes?", "¿Has hecho los
deberes?".
- Sometemos a nuestros pequeños a una estricta
vigilancia comprobando cada palabra, cada hecho, en la búsqueda
de la verdad.
Soluciones prácticas
Si
queremos inculcar sinceridad y honestidad, debemos prepararnos para
escuchar tanto las verdades amargas como las agradables. Los
niños han de crecer en la tranquilidad de poder expresar sus
verdaderos sentimientos sin cortapisas.
La prudencia en los actos
y la observación de sus reacciones nos puede resultar de gran
ayuda. Escucharlos primero y decidir después qué hacemos
siempre es una buena regla.
Imprime confianza.
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